La Doctrina del Shock
La
Doctrina del Shock
Introducción
En 2007, Naomi Klein publicó "La doctrina del shock: El
auge del capitalismo del desastre", una obra que constituye un análisis
exhaustivo sobre cómo las crisis y catástrofes han sido aprovechadas
sistemáticamente para implementar políticas económicas neoliberales. Este
ensayo argumenta que la tesis central de Klein presenta una explicación
convincente y metodológicamente fundamentada sobre la expansión global del
neoliberalismo desde los años setenta hasta nuestros días. La investigación de
Klein revela un patrón recurrente: momentos de trauma colectivo golpes de
Estado, crisis económicas, desastres naturales o guerras han sido
estratégicamente utilizados para implementar transformaciones económicas
radicales que, en condiciones normales, enfrentarían resistencia popular
significativa.
La propuesta conceptual de Klein trasciende la simple crítica al neoliberalismo para postular la existencia de una metodología deliberada, un modus operandi que conecta eventos aparentemente aislados en una estrategia coherente que ella denomina "capitalismo del desastre".
La arquitectura conceptual del shock
como método
El marco teórico desarrollado por Klein establece un
paralelismo revelador entre los experimentos psiquiátricos de electroshock
realizados por el Dr. Ewen Cameron en los años cincuenta financiados
secretamente por la CIA y las "terapias de shock económico" aplicadas
a sociedades enteras. Cameron intentaba "reprogramar" la mente de sus
pacientes mediante técnicas que incluían electroshock, drogas y privación
sensorial para crear una "tabla rasa" mental. De manera análoga,
Klein argumenta, los defensores del neoliberalismo aprovechan momentos de
conmoción colectiva para implementar transformaciones radicales cuando las
sociedades se encuentran desorientadas y vulnerables.
Esta metáfora central de la obra no es meramente retórica.
Klein documenta detalladamente cómo Milton Friedman, figura intelectual central
del neoliberalismo, articuló explícitamente esta estrategia al escribir: "Solo
una crisis real o percibida produce un cambio verdadero. Cuando esa crisis
tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan
en el ambiente. Creo que ésa es nuestra función básica: desarrollar
alternativas a las políticas existentes, mantenerlas vivas y disponibles hasta
que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable". Esta
declaración, que Klein cita del libro "Capitalismo y libertad" de
Friedman, revela una comprensión estratégica del valor de las crisis como
oportunidades para implementar cambios estructurales que en circunstancias
normales serían rechazados.
La conceptualización de
Klein identifica tres fases recurrentes en la aplicación de la "doctrina
del shock":
·
El shock inicial: Un evento
traumático colectivo que desorienta a la población y suspende temporalmente la
capacidad de resistencia organizada.
·
La terapia de shock económico:
Aprovechando la desorientación, se implementan rápidamente reformas económicas
radicales siguiendo el modelo neoliberal: privatizaciones masivas,
desregulación, reducción del estado, apertura comercial indiscriminada.
·
El shock disciplinario: Cuando
emerge resistencia, se utiliza la represión —desde la violencia estatal en
contextos autoritarios hasta la criminalización de la protesta en democracias—
para consolidar las transformaciones realizadas.
Esta secuencia,
documentada por Klein en múltiples contextos históricos y geográficos, revela
un patrón metodológico que trasciende las contingencias particulares de cada
caso.
Desarrollo
El laboratorio chileno: la primera
implementación sistemática
El análisis de Klein identifica el golpe militar chileno de
1973 como el primer experimento a gran escala de la "doctrina del
shock". El derrocamiento violento del gobierno democráticamente electo de
Salvador Allende creó precisamente las condiciones de trauma colectivo que la
doctrina requiere: desorientación social, miedo generalizado, suspensión de
garantías democráticas y represión sistemática de la oposición.
En este contexto, un grupo de economistas chilenos conocidos
como los "Chicago Boys" formados directamente bajo la tutela de
Milton Friedman en la Universidad de Chicago implementaron un programa radical
de transformación económica que incluía privatizaciones masivas, eliminación de
protecciones arancelarias, desregulación financiera y una drástica reducción
del gasto público. Como documenta Klein, estas reformas no respondían a
necesidades económicas inmediatas del país, sino a un proyecto ideológico
preexistente que encontró en la dictadura la oportunidad para su implementación
sin resistencia democrática.
La conexión directa entre Friedman y el régimen de Pinochet
está ampliamente documentada en el libro: Friedman visitó Chile en 1975 y se
reunió personalmente con Pinochet para asesorar sobre la implementación de
estas políticas, calificando posteriormente la transformación económica chilena
como un "milagro". Sin embargo, como señala Klein, este
"milagro" tuvo costos sociales devastadores: para 1988, el 45% de la
población chilena había caído bajo la línea de pobreza, mientras la élite
económica concentraba niveles sin precedentes de riqueza.
El caso chileno estableció un patrón que sería replicado
posteriormente: la utilización del trauma colectivo para implementar
transformaciones neoliberales radicales, la presentación de estas políticas
como "soluciones técnicas" inevitables, y la represión de cualquier
resistencia. Además, sentó un importante precedente ideológico: demostró que el
neoliberalismo, lejos de requerir democracia política como frecuentemente se
argumenta, podía implementarse e incluso beneficiarse de contextos
autoritarios.
La globalización del modelo: del Cono Sur a
la economía global
Klein traza meticulosamente cómo el
modelo experimentado en Chile se expandió globalmente en las décadas
siguientes, adaptándose a diferentes contextos, pero manteniendo la estructura
fundamental de la "doctrina del shock". Su investigación documenta
esta expansión en tres oleadas principales:
Primera oleada: Dictaduras del Cono Sur
El "experimento chileno" se replicó en otras
dictaduras latinoamericanas de la década de 1970, particularmente en Argentina
tras el golpe militar de 1976. Klein documenta cómo la Junta Militar argentina,
asesorada por economistas formados en la misma tradición neoliberal, implementó
políticas similares a las chilenas. El ministro de Economía José Martínez de
Hoz introdujo una liberalización radical del sector financiero y una reducción
drástica de aranceles mientras la represión estatal que dejó 30,000
desaparecidos eliminaba cualquier posibilidad de resistencia organizada.
Como señala Klein, la simultaneidad entre terror estatal y
transformación económica no era coincidencia: el informe final de la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) reveló que el 30% de los
desaparecidos eran trabajadores sindicalizados, evidenciando la conexión entre
la represión política y la agenda económica.
Segunda oleada: Crisis de deuda y programas de ajuste
estructural
La década de 1980 vio la expansión global del modelo a través
de los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI y el Banco Mundial
a países afectados por la crisis de deuda. Klein analiza cómo estas
instituciones, fuertemente influenciadas por la ideología neoliberal tras los
cambios políticos en Estados Unidos y Reino Unido (Reagan y Thatcher),
utilizaron la vulnerabilidad financiera de países endeudados para imponer el
mismo conjunto de políticas: privatizaciones, desregulación, apertura comercial
indiscriminada y reducción del gasto social.
Bolivia representa un caso paradigmático analizado en detalle
por Klein. Enfrentando una hiperinflación devastadora, el gobierno de Víctor
Paz Estenssoro implementó en 1985 un programa radical de "terapia de
shock" diseñado por el economista Jeffrey Sachs. Mientras la población
estaba paralizada por la crisis inflacionaria, se introdujeron 220 decretos en
los primeros 100 días que transformaron fundamentalmente la economía boliviana.
La autora documenta cómo estas medidas fueron deliberadamente implementadas
como un paquete sorpresivo y simultáneo, siguiendo el manual metodológico de la
doctrina del shock para minimizar la resistencia organizada.
Tercera oleada: La caída del comunismo y las
transiciones post-soviéticas
El colapso del bloque soviético representó, según el análisis
de Klein, la oportunidad más ambiciosa para la aplicación de la doctrina del
shock. En Polonia y Rusia, sociedades desorientadas por transformaciones
políticas monumentales se convirtieron en terreno fértil para programas
radicales de liberalización económica. Klein documenta cómo Jeffrey Sachs,
aplicando la experiencia boliviana, diseñó para Polonia un programa de terapia
de shock que implementó en un solo paquete la liberalización de precios,
privatizaciones masivas y apertura comercial indiscriminada.
El caso ruso resulta particularmente dramático en el análisis
de Klein. La población, desorientada por el colapso del sistema
político-económico que había conocido durante generaciones, enfrentó una
transformación económica radical que Klein describe como "fundamentalismo
de mercado sin restricciones". La privatización acelerada de activos estatales
frecuentemente a precios irrisorios creó una nueva clase de oligarcas mientras
la población experimentaba un descenso catastrófico en sus condiciones de vida.
Klein documenta cómo entre 1992 y 1994, el 80% de las granjas rusas se
declararon en bancarrota y 70,000 fábricas estatales cerraron, generando
niveles de pobreza que habían sido desconocidos durante la era soviética.
Capitalismo de desastre: la explotación de
catástrofes naturales
La
contribución más original de Klein es quizás su análisis de cómo el modelo se
ha expandido para incluir la explotación sistemática de desastres naturales
como oportunidades para transformaciones económicas neoliberales. El libro
documenta tres casos emblemáticos:
Sri Lanka después del tsunami
Klein describe detalladamente cómo tras el devastador tsunami
de 2004, que mató a más de 250,000 personas en el Océano Índico, el gobierno de
Sri Lanka aprovechó la desorientación y el desplazamiento de comunidades
costeras para implementar un plan de reestructuración económica que había
enfrentado previamente resistencia popular. Bajo el pretexto de crear
"zonas de amortiguación" de seguridad, se prohibió la reconstrucción
de hogares en áreas costeras tradicionalmente ocupadas por comunidades
pesqueras. Simultáneamente, estas mismas áreas fueron designadas para
desarrollo turístico corporativo, permitiendo la construcción de hoteles de
lujo en terrenos previamente ocupados por comunidades locales.
Como documenta Klein, esta reestructuración no respondía a
necesidades de seguridad sino a un plan preexistente denominado "Regaining
Sri Lanka", desarrollado con el asesoramiento del Banco Mundial y
previamente rechazado en las urnas. El tsunami creó la oportunidad para
implementar esta transformación mientras las comunidades afectadas estaban
concentradas en la supervivencia inmediata.
New Orleans después del huracán Katrina
El análisis de Klein sobre Nueva Orleans tras el huracán
Katrina en 2005 revela un patrón similar. Mientras la población
mayoritariamente afroamericana y pobre de la ciudad estaba dispersa en
evacuaciones forzosas, un grupo de políticos e inversionistas implementaron una
transformación radical de la infraestructura pública de la ciudad. Klein
documenta cómo, apenas diez días después del huracán, un grupo de think tanks
conservadores presentó un paquete de "ideas pro-mercado" que incluía
la conversión del sistema educativo público en charter schools, la creación de
una "zona libre de impuestos" para empresas, y la eliminación de
regulaciones ambientales y laborales.
Particularmente significativa fue la transformación del
sistema educativo: de las 123 escuelas públicas que operaban antes del huracán,
106 fueron convertidas en charter schools de gestión privada. Este cambio,
implementado mientras la mayoría de los residentes permanecían evacuados y sin
posibilidad de participar en el proceso de decisión, representó, según Klein,
un ejemplo paradigmático de cómo los desastres naturales pueden ser utilizados
como oportunidades para implementar transformaciones que en condiciones
normales enfrentarían resistencia democrática.
Iraq después de la invasión: el desastre manufacturado
El caso de Iraq representa para Klein la manifestación más
explícita y extrema de la doctrina del shock, donde la crisis misma fue
deliberadamente provocada para facilitar una transformación económica radical.
Tras la invasión estadounidense de 2003, el administrador de la Autoridad
Provisional de la Coalición, Paul Bremer, implementó un conjunto de órdenes
ejecutivas que transformaron fundamentalmente la estructura económica iraquí:
·
La Orden 37 redujo el impuesto corporativo del
40% al 15% (tasa plana).
·
La Orden 39 permitió la propiedad extranjera
total de empresas iraquíes y la repatriación ilimitada de ganancias.
·
La Orden 81 introdujo patentes sobre semillas,
previamente inexistentes en Iraq.
Este conjunto de políticas, implementadas sin consulta
democrática mientras el país se encontraba bajo ocupación militar y en estado
de shock post-invasión, representó, según documenta Klein, la implementación más
rápida y radical del programa neoliberal en cualquier país. Lo que hace este
caso particularmente significativo en el análisis de Klein es que la crisis
misma fue creada mediante una invasión militar, ejemplificando lo que ella
denomina "shock y pavor económico" como complemento a la doctrina
militar del mismo nombre.
El complejo del capitalismo del
desastre: la industrialización de la crisis
Uno de los análisis más originales de Klein es su
identificación de lo que denomina el "complejo del capitalismo del
desastre": un entramado de empresas y consultores especializados en
beneficiarse directamente de situaciones catastróficas. Este complejo incluye:
·
Corporaciones de reconstrucción como Halliburton
y Bechtel, que obtienen contratos multimillonarios para reconstruir
infraestructuras tras guerras o desastres naturales.
·
Empresas de seguridad privada como Blackwater,
que prosperan en contextos de inestabilidad.
·
Consultores que diseñan e implementan programas
de reforma económica en países afectados por crisis.
Klein documenta meticulosamente cómo, tras el 11 de
septiembre, emergió una verdadera "industria de la seguridad" que
prosperaba con la perpetuación de la inestabilidad global. La autora describe
conferencias como la "Expo de Seguridad Nacional" en Washington DC,
donde vendedores ofrecían tecnologías de vigilancia, equipos militares y
servicios de seguridad a un creciente mercado gubernamental y corporativo.
Este análisis revela una evolución significativa: si en los
primeros ejemplos de la doctrina del shock el objetivo principal era la
implementación de reformas neoliberales, en su fase contemporánea la crisis
misma se ha convertido en un lucrativo mercado. Como señala Klein, esto crea un
perverso sistema de incentivos donde actores corporativos poderosos tienen
intereses creados en la perpetuación o incluso intensificación de condiciones
de crisis.
Críticas y limitaciones del análisis de
Klein
A
pesar de su poder explicativo y la abundante evidencia empírica presentada, la
tesis de Klein enfrenta críticas significativas que merecen consideración:
El problema de la sobre determinación
causal
Una crítica recurrente señala que Klein podría estar
atribuyendo a una estrategia deliberada procesos que responden a múltiples
factores causales. La implementación global de políticas neoliberales podría
explicarse también por dinámicas de difusión institucional, procesos de
aprendizaje político o cambios estructurales en la economía global.
Por ejemplo, la transición neoliberal en países como Nueva
Zelanda ocurrió sin un "shock" evidente y fue implementada por
gobiernos laboristas tradicionalmente asociados con políticas de izquierda.
Este tipo de casos, que Klein aborda solo tangencialmente, sugieren que las
transformaciones neoliberales responden también a factores endógenos y no
exclusivamente a imposiciones externas en momentos de crisis.
La cuestión de la
agencia y la resistencia
Klein tiende a presentar a las poblaciones afectadas
principalmente como víctimas pasivas del shock, subestimando potencialmente las
formas de resistencia y adaptación que emergen incluso en contextos de crisis
aguda. Si bien documenta ejemplos de resistencia, especialmente en los
capítulos finales dedicados a movimientos latinoamericanos, su marco teórico
enfatiza la eficacia del shock para generar pasividad social.
Esta perspectiva puede inadvertidamente reforzar una
narrativa de inevitabilidad que desautoriza a los propios actores sociales
interesados en resistir estas dinámicas. Como evidencian movimientos sociales
en diversos contextos desde el "que se vayan todos" argentino hasta
las protestas anti austeridad europeas las crisis también pueden catalizar
nuevas formas de organización y resistencia colectiva.
La diversidad del
neoliberalismo
El análisis de Klein tiende a presentar el neoliberalismo
como un proyecto monolítico e invariable, cuando la investigación histórica
muestra variaciones significativas en su implementación. Las "variedades
del capitalismo" que emergen de estos procesos reflejan adaptaciones a
contextos institucionales, culturales y políticos específicos que complejizan
la narrativa de una doctrina impuesta uniformemente.
Por ejemplo, el neoliberalismo chileno mantuvo un importante
rol para el estado en sectores estratégicos como el cobre, mientras el modelo
asiático incorporó elementos de planificación estatal que divergen
significativamente del modelo ortodoxo de la Escuela de Chicago. Estas
variaciones, aunque mencionadas por Klein, reciben menos atención que los
patrones comunes, lo que puede simplificar excesivamente la diversidad de
trayectorias de desarrollo político-económico.
Conclusión
Más allá de su valor como análisis histórico, la
"doctrina del shock" presenta profundas implicaciones éticas y
políticas. El análisis de Klein nos obliga a reconsiderar procesos históricos
recientes no como accidentes o evoluciones naturales, sino como
implementaciones estratégicas de un proyecto político-económico específico.
Esta perspectiva cuestiona fundamentalmente la legitimidad democrática de
transformaciones estructurales implementadas en momentos de vulnerabilidad
colectiva, cuando las poblaciones afectadas carecen de capacidad real para
evaluar y consentir cambios que afectarán sus vidas por generaciones.
Klein concluye su libro explorando formas emergentes de
resistencia al "capitalismo del desastre", particularmente en América
Latina, donde movimientos sociales han desarrollado lo que ella denomina
"resistencia al shock": una capacidad colectiva para mantener la
cohesión social y la agencia política incluso en contextos de crisis. Desde las
fábricas recuperadas en Argentina hasta las cooperativas en Venezuela, estos
ejemplos sugieren posibilidades de respuesta a las crisis que no reproduzcan la
lógica extractiva del capitalismo del desastre.
En última instancia, "La doctrina del shock" nos
invita a cuestionar no solo políticas específicas, sino la propia arquitectura
de poder que permite instrumentalizar el sufrimiento colectivo para fines
económicos. En un mundo donde las crisis —económicas, sanitarias, climáticas
parecen multiplicarse, esta comprensión resulta más urgente que nunca. La
contribución fundamental de Klein no es simplemente haber documentado el pasado
del "capitalismo del desastre", sino habernos alertado sobre sus
mecanismos para que podamos reconocerlos y resistirlos en futuros momentos de
vulnerabilidad colectiva.
La documentación meticulosa de Klein sobre cómo las crisis
han sido explotadas sistemáticamente para implementar agendas económicas que
benefician a minorías privilegiadas constituye una contribución fundamental a
nuestra comprensión de la economía política contemporánea. Si bien su análisis
puede ser refinado y complementado con perspectivas que presten mayor atención
a las variaciones contextuales y a las capacidades de resistencia, la
identificación del patrón fundamental de la "doctrina del shock"
permanece como un aporte invaluable para comprender las transformaciones
económicas de las últimas décadas y anticipar las respuestas a crisis futuras.
Comentarios
Publicar un comentario